miércoles, 22 de marzo de 2017

Siglo XVI

En el Renacimiento italiano se acostumbraba por parte del género masculino el uso de capa corta y sin capucha, birrete, sombrero con plumas y zapatos de punta roma y ancha. Las mujeres también llevaban bullones y acuchillados en las mangas, y su gorguera rizada, además de las faldas y sobrefaldas, jubones y corpiños, capas o mantos rozagantes y su cofia para la cabeza.

A partir de la segunda mitad del siglo, la creciente importancia de la monarquía española, impone en Europa el estilo de la corte del emperador Carlos I de España, un estilo de gran sobriedad, caracterizado por el uso de colores oscuros y prendas ceñidas, sin arrugas ni pliegues y aspecto rígido, sobre todo en las mujeres en las que se impone el uso del verdugado. En el borde superior de la camisa se usó un cordón que dará lugar a la gorguera o lechuguilla.

La moda y sus contradicciones

La contradicción se encuentra en que una persona que adquiere una estética determinada para revelarse como singular, desviándose de las corrientes de moda más comunes, en realidad está creando otra distinta. Se ven como disidentes frente a un grueso de imitadores, pero para Simmel eso no es más que una forma inversa de imitación. Otra contradicción es que la propagación de una tendencia en la moda desemboca necesariamente en su fracaso. Toda moda ampliamente aceptada pierde su atractivo al dejar de ser un elemento diferenciador.

martes, 21 de marzo de 2017

Frases de chanel

1. “No hago moda, yo soy la moda”.
2. “Mi vida no me agradaba, por lo que creé mi vida”.
3. “Me la inventé dando por sentado que todo lo que no me gustaba tendría un contrario que me encantaría”.
4. “El acto más valiente es pensar por una misma. En voz alta”.
5. “Cuántas preocupaciones desaparecen cuando se decide ser ‘alguien’ en vez de ‘algo’”.
6. “Si naciste sin alas, no hagas nada para evitar que crezcan”.
7. “El único modo de ser irreemplazable siempre es ser diferente”.
8. “Los tiempos difíciles despiertan un deseo instintivo de autenticidad”.
9. “No pierdas tiempo chocando contra una pared, con la esperanza de transformarla en una puerta”. 10. “Durante mi infancia solo ansié ser amada. Todos los días pensaba en cómo quitarme la vida; aunque, en el fondo, ya estaba muerta. Solo el orgullo me salvó”.

El estilo Chanel


Cuando el 28 de junio de 1914 estalló la Primera Guerra Mundial, Coco se dio cuenta que los nuevos tiempos exigían un estilo mucho más deportivo y funcional, adaptado a las nuevas circunstancias. Lo primero que hizo fue suprimir el corsé del traje femenino para dar mayor libertad de movimientos a las mujeres. Dos años más tarde introdujo el punto en sus colecciones, un tejido que nadie había utilizado hasta entonces para la alta costura pero que encantó a sus clientes. Con punto confeccionó el jersey, una prenda casi masculina, que fue seguida de la charming chemise dress, un vestido-camisa sin cintura ni adornos que realzaba el busto femenino, sobre el que se imponía llevar perlas.
Sus innovaciones fueron aún más lejos: no sólo se atrevió a acortar la longitud de las faldas y a descubrir el tobillo femenino, sino que forzó las mujeres a cortarse el pelo cuando una noche apareció en la Ópera con el cabello corto. Acababa de crear el estilo garçon, que marcó el final de una época. Tuvo la audacia de exponerse al sol cuando el broceado se consideraba sinónimo de plebeyez, y también de imponer su extrema delgadez (fruto, por otra parte, de las privaciones que le imponía la guerra) a todas sus clientes.
En este innovador estilo realizó faldas plisadas de estilo marinero, trajes de talle bajo, pijamas playeros, impermeables e, incluso, ¡pantalones femeninos! Fue ella quien lanzó el impermeable, los trajes de tweed escocés con bisutería llamativa, el zapato de punta redonda y, por supuesto, el célebre bolso con cadenitas doradas que se llevaba en bandolera. Creó también el célebre traje negro (la petite robe noire) que, en diversos modelos, ha sido desde entonces portada de todas las revistas de modas. Y no cabe olvidar el conjunto que lanzó en 1925 y que se convertiría en la estrella de la firma: un traje con falda y chaqueta a juego, de manga larga, sin cuello y ribeteado.
Otro de los revolucionarios aportes de Chanel a la moda femenina fue el zapato de tacón bajo. Fue un lanzamiento subversivo, en plena década de los años cincuenta, cuando los zapatos de tacón de aguja se hallaban en su apogeo. Junto a Raymond Massaro colaboró en la creación de un modelo de zapato realizado en dos tonos: el cuerpo y la parte del talón eran de color beige para alargar ópticamente la pierna, mientras que la puntera de color negro hacía que el pie pareciese más pequeño.
Con todo, el vástago más famoso de la Maison Chanel nació en 1923, fruto de la unión con Ernest Beaux: el perfume Chanel nº 5. Se trataba de una mezcla única de aldehídos y sustancias florales destinada a terminar de una vez con los afectados polvos perfumados de violeta de las décadas precedentes. Elevado a la categoría de mito en su tiempo y aún hoy uno de los más vendidos del mundo, su inmenso éxito facilitó el sostén de su imperio. Fue la actriz Marilyn Monroe quien convirtió la fragancia en un símbolo cuando, durante una entrevista, aseguró a los reporteros que unas gotas del nº 5 era lo único que llevaba puesto para dormir.
Luego llegaron otros perfumes, el nº 22, el nº 19 (que conmemora la fecha del nacimiento de Madame), Cristalle y Antaeus (para hombre). Ya después de su muerte, y gracias a Karl Lagerfeld, la casa Chanel pudo recobrar, a partir de 1983, su anterior esplendor. La firma lanzó en 1984 Coco, denominado así para continuar con la tendencia impuesta por ella de asociar su nombre al de sus aromas; y en 1990 nació Egoïste, una esencia para hombre que consiguió dominar el mercado durante los últimos años del siglo XX.
 Modista francesa que revolucionó la moda y el mundo de la alta costura de los años de entreguerras. Rompiendo con la acartonada elegancia de la Belle Époque, su línea informal y cómoda liberó el cuerpo femenino de corsés y de aparatosos adornos y expresó las aspiraciones de libertad e igualdad de la mujer del siglo XX.


coco chanel

Gabrielle Bonheur nacida en Saumur, Francia,1883 y fallecida en París, 1971 fue una modista francesa que revolucionó la moda y el mundo de la alta costura de los años de entreguerras. Rompiendo con la acartonada elegancia de la Belle Époque, su línea informal y cómoda liberó el cuerpo femenino de corsés y de aparatosos adornos y expresó las aspiraciones de libertad e igualdad de la mujer del siglo XX. 



Convertida desde los años 20 en la gran dama de la moda francesa, su influencia se extendería después en prácticamente todos los ámbitos, desde el corte de pelo hasta los perfumes, pasando por los zapatos y complementos. En cierto sentido, ella misma fue la principal modelo de su firma: delgada, con poco pecho y el pelo corto, con ropa ancha y cómoda, Chanel se convirtió en el prototipo de garçonne, en un símbolo de la mujer moderna, activa y liberada. Y la imagen de la misma Chanel fue admirada e imitada por millones de mujeres.

Un algoritmo decide la moda del año que viene

La lógica de las tendencias representaría el sueño absoluto para las empresas si tuviesen la capacidad de ser infalibles a la hora de descifrarla. ¿Cómo se puede imaginar un mecanismo tan perfecto que obligue a millones de personas de todo el mundo a abandonar una serie de objetos y prácticas cada poco tiempo, mucho antes de que se hayan gastado o consumido? Pues ahora, con el big data y la inteligencia artificial, incluso las industrias que se desenvuelven entre los gustos más volátiles, como la moda, disponen de unos aliados perfectos: los números y los algoritmos.Un software capaz de comprender datos —estén estructurados o no— y que también puede razonar, aprender e interactuar con las personas, no debería tener problemas para llevar múltiples tareas, de carácter práctico o, quizás, artístico.
 
Éste ha sido el punto de partida de las últimas creaciones de alta costura de un diseñador de Melbourne (Australia), Jason Grech. Las ha agrupado bajo la denominación “Colección Cognitiva”, en referencia al tipo de tecnología empleada para su desarrollo. Con el apoyo de la multinacional IBM y de herramientas como Watson Visual Recognition, la mayoría de las labores se ha automatizado y, lo que resulta determinante, se ha orientado en función de las tendencias, el gusto de los consumidores y las posibilidades de cada prenda.Grech, que siente pasión por la arquitectura, vinculó esta disciplina a la moda a través del programa informático, que, según confiesa, aseguró la coherencia y la viabilidad de sus ideas. El autor contaba con la confianza que le proporcionaba el análisis de diez años de imágenes y el estudio de los últimos movimientos, tanto en la calle como en la red. Con el software de IBM, por ejemplo, pudo predecir las tendencias del color. Él mismo confiesa que, si no hubiese sido por el servicio de reconocimiento visual, no habría trabajado con la paleta —preferentemente pastel— que a la postre eligió.
 
 Esta colección, presentada en la Spring Fashion Week de Melbourne, ha supuesto un hito en la aplicación comercial de la inteligencia artificial en este sector. Sin embargo, hay precedentes igualmente reveladores. En la exposición Manus x Machina, auspiciada por el Metropolitan Museum of Art de Nueva York y financiada en parte por Apple, se repasaba la relación de esta industria con todo tipo de artefactos. Allí pudo verse a la modelo Karolina Kurkova con un vestido de la marca Marchesa equipado con 150 luces led que cambiaban de tono en función de las reacciones y las emociones de los espectadores.En este contexto, la intuición de los profesionales antes de cada temporada ocupa un lugar menos preponderante que en el pasado. Esta anticipación está siendo sustituida por la información sistemática. Grandes nombres como Burberry o Ralph Lauren, ambos muy sensibles a la innovación digital, se valen del big data para mejorar sus respectivos negocios. Así, antes de sus lanzamientos, difunden fotos exclusivas por los medios sociales: Facebook, Instagram, Twitter, etc.
 
 Este material genera comentarios, adhesiones y, en ocasiones, críticas. En cualquier caso, contenido muy útil para tomar decisiones a corto y medio plazo.Mediante el análisis de los sentimientos que se derivan de estas imágenes en las plataformas 2.0, los ejecutivos de Bulgari, Prada, Nordstorm, Benetton, Puma o Diesel, entre muchos otros, pueden prever hacia dónde va a evolucionar la demanda. El índice de aciertos es muy elevado. Compensa la inversión en compañías especializadas como Edited, que tiene otros clientes destacados, como las cadenas de tiendas Asos, Topshop y Sears o las empresas de e-commerce eBay y Net-A-Porter
 
.Compañías tecnológicas como Edited orientan tanto a diseñadores de prestigio como a cadenas de tiendas populares y servicios de venta en línea.A partir de decenas de miles de millones de detalles sobre la indumentaria y los complementos, desde esta firma, fundada por Julia Fowler y actualmente liderada por Geoff Watts, se elaboran informes semanales y hasta diarios. WGWN Instock compite en este mismo terreno. De manera que cada vez es menos extraordinario que, como hacen H&M, Stantt, Stitch Fix o True&Co, se produzcan artículos personalizados gracias a bases de datos, escáneres corporales, información sobre estilos de vida y algoritmos.
 
No es fácil predecir cuándo se acaban los caprichos y todavía lo es menos adivinar qué ocupará su lugar. Así, las tendencias, en palabras del profesor Guillaume Erner, operan como “una gran organización sin organizador”. Algunos actores de industrias como las de la moda, la tecnología, etc. intentan manipular estos fenómenos, como si pudiesen leer el futuro. En síntesis, ¿qué son las tendencias? A menudo son definidas como fenómenos de polarización mediante los que un artículo o una acción seducen a un elevado número de ciudadanos. Hoy, además, responden a patrones (casi) científicos.

Xi Pan


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